Los primeros pasos
Paralelamente a la instalación de los colonos, la villa Formosa iba conformando su estructura administrativa e institucional. En el mismo año 1879 quedó planteado el problema de la mensura del pueblo y de la colonia. Esta operación tropezó con múltiples dificultades causadas por la abundancia de montes y lagunas, la presencia de insectos molestos, la escasez de elementos y presupuesto, el peligro de las fieras o el temor por posibles ataques aborígenes que muy pocas veces tomaron efectividad. El retardo en concluir este proceso y entregar los títulos de propiedad generaron inconvenientes en el asentamiento poblacional. Pastor Tapia, Ángel Machado, Julio C. Serna, Gustavo Gravel y Carlos Thompson, en mayor o menor grado delinearon la colonia y trazaron los lotes urbanos. Las diversas diligencias de mensura nos dejan interesantes descripciones geográficas de la zona, con mención de la variada fauna y flora, con indicaciones sobre posibles explotaciones agrícolas, con observaciones climáticas generales y de comportamiento del río Paraguay. "Thompson manifestaba que el poblador obtenía sabrosa alimentación con el dorado, pacú, armado, surubí, etc. que pescaban en los ríos y arroyos. Los pozos que cavaban los colonos daban agua salada aún luego de los diescinueve (19) metros de profundidad. La acción de los loros y pájaros negros eran la pesadilla constante de los campesinos, pues destruían las cosechas".
A medida que eran distribuidos los terrenos los colonos comenzaban a construir sus ranchos con paredes de estanteo y techos de paja o palma. Pero las dificultades fueron de gran calibre y quedaron demostradas desde el primer momento.
El 7 de abril de 1880, E. Sandoval informaba al Ministro del Interior que los colonos experimentaban hambre, dado que apenas recibían una ración de carne. No había proveedor y la colonia estaba mal administrada. La situación era tal que el funcionario informaba que:
"Ayer se acercó un grupo como de cuarenta colonos a la Comisaría diciéndole a un empleado de ella que se morían de hambre ellos y sus hijos por cuanto la carne que se les daba no les era suficiente. Algunos colonos han intentado vender los animales que les ha dado el Gobierno a cambio de galleta".
Los pobladores, además habían tratado de tomar por la fuerza víveres de los comercios, presionados por su situación angustiosa.
Un informe elevado el 5 de mayo de 1880 por un grupo de inmigrantes al gobierno nacional nos suministra apreciaciones sobre el estado en que se encontraba la colonia. Manifestaban que habían expuesto sus inquietudes al gobernador Mansilla sin obtener ninguna respuesta favorable, exponiendo que sus derechos eran continuamente ultrajados por la autoridad de la cual dependían. Luego agregaban los peticionantes:
"En nuestra súplica se desprende que nosotros habíamos abandonado la Patria , parientes y amigos por conseguir los objetivos benéficos del Supremo gobierno de la Nación Argentina , para colonizar y cultivar una tierra desierta.."(traducción Lidia Bistolfi).
Reclamaban en su petitorio un sacerdote, un maestro y los víveres y ropas necesarios; para no morir de hambre debieron aceptar alimentos malsanos. Protestaban por que no tenían bueyes, caballos ni vacas, para trabajar eficientemente, haciendo notar que si la colonia no llegaba a prosperar, la responsabilidad caería seguramente en sus pobladores.
Para el colmo el gobierno nacional había dispuesto que en junio de 1880 cesara el racionamiento en las colonias oficiales y autorizaba a los pobladores de Formosa y Avellaneda a cortar maderas, sin pagar impuestos, a fin de que puedan labrar recursos para subsistir. Pero esta última medida también fue derogada en el mes de diciembre.
Horacio Cavenago, a su vez, explicaba al Ministro del Interior, Benjamían Zorrilla, el 11 de julio la situación de la colonia. El estado era crítico debido a la carencia absoluta de víveres. Las autoridades les proveían solamente carne "escasa y mala" y con la inseguridad de poder seguir suministrando ese alimento en el futuro por la pobreza de los recursos. Los inmigrantes estaban cada vez más desanimados porque no eran provistos de semillas ni contaban con las herramientas más elementales. Expresaba el funcionario:
"esos inmigrantes que desde un año esperan la realización de promesas de prosperidad; están hoy entregados a la desesperación y se encuentran sobrexitados por el aterrador fantasma del hambre, con que les amenaza las pérfidas sugestiones de agentes, interesados en la ruina de esta Colonia, que servía ya de punto de atracción a la poblaciones de la vecina costa".
Ensayaba una posible justificación manifestando que las difíciles circunstancias por las que atravesaba el país habrían distraído seguramente la atención de las autoridades competentes respecto a las necesidades enunciadas.
El Comisario General de Inmigración, Juan Dillon, hacían notar al Ministro el 3 de agosto que la situación de las colonias era alarmante, pues hasta tanto las maderas produzcan usufructos, los colonos necesitaban víveres. Dos días después el presidente Avellaneda ordenaba la distribución de racionamiento.
El 20 de octubre, Pablo Stampa elaboró un informe sobre la situación de la colonia Formosa detallando que:
1°) Existían familias que no sabían trabajar en la agricultura;
2°) La entrega de los terrenos para chacras a las primeras familias fue realizada cuatro meses después de la llegada, por no estar subdivididas las tierras;
3°) Hubo fallas en la administración, pues ubicaron a los colonos en zonas bajas, que luego de las lluvias debieron abandonar sus casas y el trabajo ya realizado;
4°) Una parte de los pobladores debió entregar los bueyes para ser sacrificados, pues el proveedor no entregaba a tiempo las reses;
5°) El encargado de la provisión de víveres no siempre cumplía con el convenio;
6°) Las sequías, langostas, heladas y los pájaros destructores privaron a los colonos de una cosecha normal;
7°) L as enfermedades, como la fiebre, viruela, crup, etc. Y las mordeduras de víboras producían un efecto desmoralizador entre los pobladores;
8°) que a fines de 1880 cesaría el suministro de víveres.
Entre el 27 de enero y el 4 de febrero de 1881 fue realizada una inspección a la colonia Formosa por Enrique Victorica, donde se desprende que el Comisario de la misma, Octavio Fontana, no desempeñaba correctamente sus funciones. Luego de una compulsa contable, fueron citados los colonos para un ordenamiento administrativo; firmaron la conformidad de la deuda que tenían ante el gobierno nacional. Asimismo fue labrado un sumario por el proceder de fontana sintetizado en los siguientes asuntos:
"eran entregadas provisiones de mala calidad a los colonos, menor racionamiento del que quedaba consignado; existía deficiente administración contable, adulteración en las medidas de semillas; los animales de labor no había sido entregados oportunamente por el proveedor y aquellos que trajo a la colonia no servían para las tareas del campo, porque debieron ser sacrificados; la cantidad de semovientes del inventario no coincidían con las existencias reales; no pagó a los colonos los jornales por construcción de un puente sobre el riacho Formosa a pesar de que el gobierno había remitido los fondos; " que algunos créditos por jornales los ha satisfecho el Comisario con víveres, por una cantidad menor que la que después consignaba en las cuentas en dinero"; le pagaba a los peones menor sueldo que el asignado por el gobierno, etc.
Victorica dispuso en consecuencia:
Pasar una nota al Gobernador del Chaco para que tuviera a disposición del Gobierno nacional a Octavio Fontana; ordenar al nuevo comisario que efectuara un prolijo inventario; separar al ecónomo; y celebrar un contrato con el proveedor de las fuerzas de línea para que suministrara racionamiento por 40 días a los colonos.
Dado que estaba practicándose la delineación y mensura de la colonia que hacía cariar la traza primitiva y atendiendo a la situación de los colonos, Victorica proponía a las autoridades:
- Autorizar la contratación para el racionamiento de las 75 familias que
- Autorizar adquisición de 75 yuntas de bueyes y 75 casales de cerdos para ser distribuidas entre las familias; dejaba asentado expresamente que "dadas la condiciones del terreno" era imposible realizar cultivos.
- Que se paguen los gastos de mensura, de construcción de la casa de la administración, los sueldos extraordinarios y eventuales de los últimos siete meses del año 1880.
- Que se acuerde al funcionario de inmigración local un monto de 20 pesos fuertes mensuales para gastos de oficina y eventuales.
Como vemos por este informe el estado de la colonia Formosa era desesperante.