Guía de Trámites

Descripción

En relación a los bienes inmuebles, cada esposo tendrá la libre administración y disposición de los bienes propios (art. 469 CCCN), y en relación a los bienes gananciales, la administración y disposición corresponderá a quien los ha adquirido (titular registral), pero será necesario el asentimiento del otro cónyuge para enajenar o gravar los bienes gananciales registrables (inmuebles, automotores, etc.) (art. 470 CCCN).

La sentencia de divorcio disuelve el vínculo matrimonial y provoca, sin necesidad de petición expresa, la extinción del régimen patrimonial con efecto retroactivo a la fecha de notificación de la demanda o de la petición conjunta de los cónyuges (art. 480 CCCN). Hasta tanto no se liquiden los bienes que conforman ese régimen, rige una indivisión postcomunitaria en la que los ex cónyuges deberían acordar las reglas de administración y disposición de los bienes indivisos, y si no lo hicieran, subsisten las relativas al régimen de comunidad.

Para poner fin a esa indivisión postcomunitaria, los ex-cónyuges deben realizar la liquidación de la comunidad de gananciales, dividiendo los bienes comunes que existían en el matrimonio, ya sea en sede judicial o notarial.

Ese instrumento (Oficio o Escritura) donde conste la adjudicación de los bienes inmuebles a los ex cónyuges debe ser inscripto en el Registro de la Propiedad Inmueble, para la correcta publicidad de los derechos y el nuevo carácter del bien frente a las partes y/o terceros interesados. Ese documento acredita la propiedad en cabeza de uno o de ambos cónyuges ya de carácter propio, lo que implica que podrán disponer del mismo sin que se requiera el asentimiento del otro.