Ante interesante cantidad de público se concretó ayer, sábado 18, el seminario sobre "Personajes y voces del Resurgimiento italiano" que organizó la Sociedad Italiana de Formosa, con la colaboración de la Unión de las Asociaciones Italianas para la difusión de la Lengua y Cultura Italiana.
El seminario que fue en idioma italiano se realizó con la colaboración de la Unión de las Asociaciones Italianas para la difusión de la Lengua y Cultura Italiana del Nordeste de la Argentina (UNASDILCIT-NEA), el Ministerio de Cultura y Educación a través de la subsecretaría de Cultura y la Dirección de Cultura de la Universidad Nacional de Formosa (UnaF).
El mismo ya fue presentado el pasado 13 de abril en el Consulado General Italiano de Rosario en el marco de las celebraciones por el 150 aniversario de la unidad de Italia y ofrece un recorrido histórico enfocado sobre algunos de los personajes mas destacados de una época tan importante para la formación y unificación italiana: Cavour, Garibaldi, Mazzini, Verdi entre otros.
De acuerdo a los informado por los organizadores, el seminario fue importante para los profesores y alumnos de historia puesto que la finalidad didáctica es la de dar a conocer un período histórico que desemboca en un sentimiento nacional en Italia: un sentimiento patriótico, una bandera única, un himno, una moneda, reuniendo a 7 estados distintos que vivian diferentes costumbres, economías, culturas; diferencias que en gran parte hasta ahora caracterizaba las varias regiones del país.
El seminario estuvo a cargo de profesores de la oficina Escuela y Cultura del Consulado Italiano en Rosario, todos licenciados en universidades italianas y dependientes del Ministerio dell Istruzione Ricerca e Universitá: Dr. Marcello Garbati, Prof. Loredana Cappai; Dr. Stafano Ioni, Prof. Paola Albertoni y el prof. Domenico Argenzio.
Un poco de historia
La Unificación de Italia fue el proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en que estaba dividida la península Itálica, en su mayor parte vinculados a dinastías consideradas "no italianas" como los Habsburgo o los Borbones. Ha de entenderse en el contexto cultural del Romanticismo y la aplicación de la ideología nacionalista, que pretende la identificación de nación y estado, en este caso en un sentido centrípeto (irredentismo). También se le conoce como el Resurgimiento (Risorgimento en italiano), e incluso como la Reunificación italiana (considerando que existió una unidad anterior, la provincia de "Italia" creada por Augusto, en la antigua Roma).
El proceso de unificación se puede resumir así: a comienzos del siglo XIX la península itálica estaba compuesta por varios estados (Lombardía, bajo el dominio austríaco; los Estados Pontificios; el reino de Piamonte; el reino de las Dos Sicilias, entre otros), lo que respondía más a una concepción feudal del territorio que a un proyecto de estado liberal burgués. Luego de varios intentos de unificación entre 1830 y 1848, que fueron aplastados por el gobierno austríaco, la hábil política del Conde de Cavour, ministro del reino de Piamonte, logró interesar al emperador francés Napoleón III en la unificación territorial de la península, que consistía en expulsar a los austríacos del norte y crear una confederación italiana; a pesar de la derrota del imperio austríaco, el acuerdo no se cumplió por temor de Napoleón a la desaprobación de los católicos franceses. Aun así la Lombardía fue cedida por Napoleón al Piamonte. Además, durante la guerra se presentaron insurrecciones en los ducados del norte, los que luego fueron anexados al Piamonte, con lo cual se cumplió la primera fase de la unificación.
En la segunda fase se logró la unión del sur cuando Garibaldi, inconforme con el tratado entre Cavour y Napoleón, se dirigió a Sicilia con las camisas rojas, conquistándola y negándose a entregarla a los piamonteses; desde allí ocupó Calabria y conquistó Nápoles. En 1860 las tropas piamontesas llegaron a la frontera napolitana. Garibaldi, que buscaba la unidad italiana, entregó los territorios conquistados a Víctor Manuel II. Mediante plebiscitos, Nápoles, Sicilia y los Estados Pontificios se anexaron al reino de Piamonte y al futuro rey de Italia, Víctor Manuel II. El proceso de la unificación no fue producto de la voluntad popular pese a los plebiscitos convocados por Cavour, por tanto la acción del Estado se centró en la construcción de una nacionalidad italiana.
El papel conspirativo de la masonería o de los intereses de las distintas potencias europeas (concretamente Inglaterra, interesada en crear un fuerte antagonista a la enemiga Francia) también se han aducido como causa del "Risorgimento".
El proceso es entendido, por algunos historiadores, también como la conquista de la aristocrática Italia del sur (Nápoles, Sicilia), el estado más industrializado de la península y el tercero de Europa; por parte de Italia del norte (valle del Po), influenciada por las potencias europeas como Francia y Austria (según ellos el proceso también puede interpretarse en el sentido de que el norte parasitó al sur impidiendo su desarrollo y propiciando la emigración y la perpetuación de su situación social).
Historiadores como Benedetto Croce ven el proceso como el que completó el Renacimiento italiano, interrumpido por las invasiones francesas y españolas de la Italia del siglo XVI. Este renacimiento nacional alcanzó -desde Florencia- todas las regiones habitadas por gente italiana (inclusive Sicilia y luego Istria y Dalmacia -como Italia irredenta- en el siglo XX).
En cualquier caso, el proceso fue encauzado finalmente por la casa de Saboya, reinante en el Piamonte (destacadamente por el primer ministro conde de Cavour), en perjuicio de otras intervenciones "republicanas" de personajes notables (Mazzini, Garibaldi) a lo largo de complicadas vicisitudes ligadas al equilibrio europeo (intervenciones de Francia y Austria), que culminaron con la incorporación del último reducto de los Estados Pontificios en 1870. El nuevo Reino de Italia continuó la reivindicación de territorios fronterizos, especialmente con el Imperio austrohúngaro (Trieste y el Trentino), que se solventaron parcialmente en 1919 tras la Primera Guerra Mundial (Tratado de Saint-Germain-en-Laye y expedición de Gabriele D Annunzio).
Para mayor información, los interesados deberán dirigirse a la sede de la Asociación Italiana de Formosa que funciona en el 1er piso del cine Italia.
El mismo ya fue presentado el pasado 13 de abril en el Consulado General Italiano de Rosario en el marco de las celebraciones por el 150 aniversario de la unidad de Italia y ofrece un recorrido histórico enfocado sobre algunos de los personajes mas destacados de una época tan importante para la formación y unificación italiana: Cavour, Garibaldi, Mazzini, Verdi entre otros.
De acuerdo a los informado por los organizadores, el seminario fue importante para los profesores y alumnos de historia puesto que la finalidad didáctica es la de dar a conocer un período histórico que desemboca en un sentimiento nacional en Italia: un sentimiento patriótico, una bandera única, un himno, una moneda, reuniendo a 7 estados distintos que vivian diferentes costumbres, economías, culturas; diferencias que en gran parte hasta ahora caracterizaba las varias regiones del país.
El seminario estuvo a cargo de profesores de la oficina Escuela y Cultura del Consulado Italiano en Rosario, todos licenciados en universidades italianas y dependientes del Ministerio dell Istruzione Ricerca e Universitá: Dr. Marcello Garbati, Prof. Loredana Cappai; Dr. Stafano Ioni, Prof. Paola Albertoni y el prof. Domenico Argenzio.
Un poco de historia
La Unificación de Italia fue el proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en que estaba dividida la península Itálica, en su mayor parte vinculados a dinastías consideradas "no italianas" como los Habsburgo o los Borbones. Ha de entenderse en el contexto cultural del Romanticismo y la aplicación de la ideología nacionalista, que pretende la identificación de nación y estado, en este caso en un sentido centrípeto (irredentismo). También se le conoce como el Resurgimiento (Risorgimento en italiano), e incluso como la Reunificación italiana (considerando que existió una unidad anterior, la provincia de "Italia" creada por Augusto, en la antigua Roma).
El proceso de unificación se puede resumir así: a comienzos del siglo XIX la península itálica estaba compuesta por varios estados (Lombardía, bajo el dominio austríaco; los Estados Pontificios; el reino de Piamonte; el reino de las Dos Sicilias, entre otros), lo que respondía más a una concepción feudal del territorio que a un proyecto de estado liberal burgués. Luego de varios intentos de unificación entre 1830 y 1848, que fueron aplastados por el gobierno austríaco, la hábil política del Conde de Cavour, ministro del reino de Piamonte, logró interesar al emperador francés Napoleón III en la unificación territorial de la península, que consistía en expulsar a los austríacos del norte y crear una confederación italiana; a pesar de la derrota del imperio austríaco, el acuerdo no se cumplió por temor de Napoleón a la desaprobación de los católicos franceses. Aun así la Lombardía fue cedida por Napoleón al Piamonte. Además, durante la guerra se presentaron insurrecciones en los ducados del norte, los que luego fueron anexados al Piamonte, con lo cual se cumplió la primera fase de la unificación.
En la segunda fase se logró la unión del sur cuando Garibaldi, inconforme con el tratado entre Cavour y Napoleón, se dirigió a Sicilia con las camisas rojas, conquistándola y negándose a entregarla a los piamonteses; desde allí ocupó Calabria y conquistó Nápoles. En 1860 las tropas piamontesas llegaron a la frontera napolitana. Garibaldi, que buscaba la unidad italiana, entregó los territorios conquistados a Víctor Manuel II. Mediante plebiscitos, Nápoles, Sicilia y los Estados Pontificios se anexaron al reino de Piamonte y al futuro rey de Italia, Víctor Manuel II. El proceso de la unificación no fue producto de la voluntad popular pese a los plebiscitos convocados por Cavour, por tanto la acción del Estado se centró en la construcción de una nacionalidad italiana.
El papel conspirativo de la masonería o de los intereses de las distintas potencias europeas (concretamente Inglaterra, interesada en crear un fuerte antagonista a la enemiga Francia) también se han aducido como causa del "Risorgimento".
El proceso es entendido, por algunos historiadores, también como la conquista de la aristocrática Italia del sur (Nápoles, Sicilia), el estado más industrializado de la península y el tercero de Europa; por parte de Italia del norte (valle del Po), influenciada por las potencias europeas como Francia y Austria (según ellos el proceso también puede interpretarse en el sentido de que el norte parasitó al sur impidiendo su desarrollo y propiciando la emigración y la perpetuación de su situación social).
Historiadores como Benedetto Croce ven el proceso como el que completó el Renacimiento italiano, interrumpido por las invasiones francesas y españolas de la Italia del siglo XVI. Este renacimiento nacional alcanzó -desde Florencia- todas las regiones habitadas por gente italiana (inclusive Sicilia y luego Istria y Dalmacia -como Italia irredenta- en el siglo XX).
En cualquier caso, el proceso fue encauzado finalmente por la casa de Saboya, reinante en el Piamonte (destacadamente por el primer ministro conde de Cavour), en perjuicio de otras intervenciones "republicanas" de personajes notables (Mazzini, Garibaldi) a lo largo de complicadas vicisitudes ligadas al equilibrio europeo (intervenciones de Francia y Austria), que culminaron con la incorporación del último reducto de los Estados Pontificios en 1870. El nuevo Reino de Italia continuó la reivindicación de territorios fronterizos, especialmente con el Imperio austrohúngaro (Trieste y el Trentino), que se solventaron parcialmente en 1919 tras la Primera Guerra Mundial (Tratado de Saint-Germain-en-Laye y expedición de Gabriele D Annunzio).
Para mayor información, los interesados deberán dirigirse a la sede de la Asociación Italiana de Formosa que funciona en el 1er piso del cine Italia.